En estos últimos meses, me he aficionado al jardín. Tengo la gran fortuna de vivir en un chalet con un pequeño jardín donde desde el otoño pasado empecé a plantar, sin tener mucha idea con ayuda de internet y un centro de jardinería que han tenido mucha paciencia conmigo. Creo que cuando me ven llegar piensan: ahora que planta se cargo!
En este proceso han sido varias plantas las sacrificadas, hortensias en periodos diferentes, unas lavándulas, flores de pascua, margaritas y un largo etc. Más de una vez pensé que sería imposible tener un jardín y era el momento de darlo por perdido. Pero no fue así, al contrario como sucede siempre que quieres algo realmente, no dejas de intentarlo: así hoy tengo mi pequeño refugio natural ( mas o menos). Cada una de mis plantas sacrificadas, me enseñaron que no se puede dejar al azar todo aquello que queremos, y eso aplica también a tener un jardín hermoso y lleno de flores. Con los días soleados de primavera, cada vez disfruto más mi jardín y cada día estoy mas convencida que cultivarlo y cuidarlo es beneficioso para mi salud física y mental.
Existen estudios y teorías sobre cuales son los beneficios de la jardinería. Yo me limitaré a repasar lo que personalmente siento que me aporta cuidar mi pequeño jardín.
Como soy asmática y alérgica, normalmente la naturaleza y yo somos incompatibles, ya que paso todo el tiempo estornudando. Salir a mi jardín es una forma de estar en contacto con la naturaleza de forma mas controlada, pero con los beneficios de respirar aire mas puro.
Cinco minutos en mi jardín, son capaces de eliminar todo el estrés de una jornada de trabajo, como por arte de magia. Estar bajo el sol cuidando mis plantas y flores, me llena de energía y ayuda a que mi cuerpo produzca mas vitamina D ( esta vitamina es importante para evitar enfermedades cardíacas, algunas cerebrales, osteoporosis y algunos tipos de cáncer ). No hay que excederse al sol, porque sino los beneficios se contrarrestan con el daño de los rayos UV.
La jardinería suele ser una actividad que nos conecta con la tierra, con el ciclo de la vida, con el cuidado a otro ser vivo que depende de nosotros ( es mas que regar, es darle vitaminas, quitar las malas hierbas, cuidarlas de enfermedades como hongos etc, o de los caracoles que se comen los brotes tiernos sin piedad), con la creatividad, la inspiración y mucha paciencia. La jardinería saca a la luz muchas de las virtudes que necesitamos para alcanzar nuestros sueños.
Pasar un rato viendo mis flores, me desconecta de la rutina, estimula mis sentidos positivamente, me relaja y me llena de una sensación de placer ( es mi pequeña obra )
Aunque parezca increíble, la jardinería me ayuda a hacer ejercicio, mas de una vez me he sorprendido de tener fuerza para llevar 50 litros de compost sin rechistar , cavar agujeros en cuclillas, pasar mucho tiempo limpiando las hojitas de mis acebos etc en posiciones que sin la motivación del jardín no haría jamás ( por algo no me gusta el gimnasio)
También tenemos un pequeño huerto, así que puedo decir sin lugar a dudas que la jardinería contribuirá a mi conciencia sobre comer sano ( que ganas de poder hacer una ensalada cultivada 100% en casa)
Al final, con solo salir a tomar un café en mi jardín, mi autoestima se fortalece y por supuesto mis niveles de satisfacción con lo que estoy logrando en mi vida!
No es necesario que tengas mucho espacio, la afición de cultivar y cuidar plantas es beneficiosa, aun si tu jardín consista en dos macetas colgadas en la ventana, así que no hay excusas!!
Ya para cerrar esta larga entrada, dejo dos citas maravillosas en la linea de mi blog:
NO DEJES DE LUCHAR «Gerson Luiz cuenta la historia de una rosa que deseaba la compañía de las abejas, pero ninguna se le acercaba. A pesar de todo, esta flor aún era capaz de soñar: Cuando se sentía sola, imaginaba un jardín cubierto de abejas, y que todas venían a besarla. Y conseguía resistir hasta el próximo día, cuando, una vez más, abría sus pétalos.-¿No te sientes cansada? –alguien debe haber preguntado.-No. Tengo que continuar luchando –responde la flor.-¿Por qué?-Porque si no me abro, me marchito»
SEMBRAR PARA COSECHAR. «La mujer caminaba por un centro comercial cuando se fijó en el cartel: una nueva floristería. Al entrar, se llevó un susto: no vio ninguna maceta, ningún ramo, ninguna cesta, pero era Dios en persona quien atendía en el mostrador.-Puedes pedirme lo que quieras –dijo Dios.-Quiero ser feliz. Quiero paz, dinero, facilidad para hacerme entender. Quiero ir al cielo cuando muera. Y quiero que todo esto se conceda también a mis amigos.Dios se dio la vuelta y abrió algunos botes que estaban en el estante, sacó de dentro algunos granos, y le extendió la mano a la mujer.-Aquí tienes las semillas –dijo. –Comienza por plantarlas, que aquí no tenemos los frutos».